Dentro de la política dentro del gobierno de Lázaro Cárdenas que desplegó para impulsar el desarrollo capitalista del país ocupan un lugar destacado la nacionalización de los ferrocarriles y la expropiación petrolera
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Tales medidas, por lo demás, son consideradas como manifestaciones cimeras del nacionalismo en el Estado Mexicano.
El 23 de junio de 1937, el presidente Cárdenas decretó la expropiación de los intereses minoritarios de los Ferrocarriles Nacionales de México, pertenecientes a capitalistas extranjeros, con lo que pasaron al completo control gubernamental.
a) el estado de quiebra de la empresa, el cual ponía en peligro el desenvolvimiento de la economía del país, pues tendía a paralizar el vital servicio del transporte ferroviario, dado que las vías y el equipo de los ferrocarriles no se renovaban ni ponían en buenas condiciones
b) la situación jurídica de la empresa, controlada por los capitalistas extranjeros, que no le permitía al gobierno exigirle su colaboración en la política económica, mediante tarifas adecuadas
c) imposibilidad del gobierno para arreglar la deuda de los ferrocarriles;
d) la imposibilidad gubernamental para iniciar la reorganización del sistema ferroviario de acuerdo a las necesidades de la economía nacional.
La enorme deuda de los ferrocarriles tendía a crecer cada vez más, no sólo debido a los intereses sino también por la devaluación del peso, pues los acreedores imperialistas podían exigir los pagos en dólares.
Como los bienes de la empresa se encontraban hipotecados, cada millón de pesos que el gobierno invirtiera en el mejoramiento de las líneas ferroviarias beneficiaría a los capitalistas acreedores, quienes podrán exigir el aumento del monto de los pagos.
La nacionalización de los ferrocarriles dejó pendiente el pago de la deuda con sus intereses acumulados y el Estado pudo trabajar en el desarrollo del sistema ferroviario de acuerdo a las necesidades económicas del país.
Esto era fundamental, pues los ferrocarriles se habían trazado de acuerdo a los intereses de los capitalistas norteamericanos, quienes los concibieron como una prolongación de los Estados Unidos, y las cuotas diferenciales de transportación, al mismo tiempo que beneficiaban a la minería – en manos también del capital norteamericano , graban a la agricultura, la industria y el comercio con tarifas elevadas.
La política cardenista de estímulo al desarrollo económico requería abrir nuevas líneas ferrocarrileras y proteger las actividades productivas y comerciales, conduciéndoles medios baratos para el traslado de sus mercancías a diversos lugares de la república.
De este modo la nacionalización de los ferrocarriles fue una respuesta a tal requerimiento de la política de impulso del desarrollo económico. a
Expropiación:
En defensa de la soberanía mexicana
En la noche del viernes 18 de marzo de 1938, el General Lázaro Cárdenas se presentó ante los medios de comunicación, principalmente prensa y radio, para anunciar uno de los hechos más trascendentes en la historia de los Estados Unidos Mexicanos: la Expropiación Petrolera.
Ésta consistió en la apropiación legal del petróleo que explotaban 17 compañías extranjeras para convertirse en propiedad de los mexicanos. Entre ellas figuraban Mexican Petroleum Company of California, Compañía Mexicana de Petróleo “El Águila” y la Compañía Exploradora de Petróleo la Imperial SA, que hoy forman las más grandes corporaciones internacionales de comercialización de “oro negro”.
Antecedentes
En el año de 1935 los trabajadores de las empresas petroleras buscaban aliarse para formar sindicatos, en un principio las compañías no lo permitieron y lograron impedir que esto sucediera. Después de un tiempo, este objetivo se cumplió y cada compañía tenía su sindicato de trabajadores.
El 27 de diciembre de 1935 se formó el Sindicato Único de Trabajadores Petroleros para que permaneciera la unión y organización entre los miembros de este sector. El 29 de enero de 1936 este sindicato se unió al Comité Nacional de Defensa Proletaria, que fue el predecesor de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
El 20 de julio del mismo año el Sindicato Único de Trabajadores Petroleros llevó a cabo su primera convención para mostrar un proyecto de contrato general con todas las empresas petroleras y se llamó a huelga para demandar el cumplimiento del contrato.
Lázaro Cárdenas, en ese entonces presidente de México, decidió intervenir para que las compañías firmaran el contrato, sin embargo, no se llegó a concretar ningún acuerdo y su mediación no obtuvo frutos. La huelga tuvo que posponerse alrededor de seis meses y se retomó el 28 de mayo de 1937, las consecuencias fueron radicales: nadie pudo comprar gasolina por 12 días.
El presidente Cárdenas tuvo que calmar la situación; la huelga se levantó con la condición de que no hubiera fallo alguno. Las empresas petroleras dijeron que no tenían fondos para cumplir con lo que los trabajadores demandaban y se acordó investigar a las compañías. Una vez que esto se llevó a cabo, los peritos concluyeron que la industria petrolera mexicana producía rendimientos superiores a la de Estados Unidos.
Esta determinación hizo que los empresarios petroleros se molestaran e hicieran amenazas de irse del país y llevarse todo su capital; aunado a esto, la situación se complicó debido a que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) no emitía un fallo.
Ante esta situación se respondió con una protesta, el 8 de diciembre de 1937 hubo un paro general de labores que duró 24 horas. Días después, la JFCA falló a favor de los trabajadores y exigió a las compañías que pagaran 26 millones de pesos en salarios que no se cubrieron en la huelga que ocurrió siete meses antes. El sindicato exigía 40 millones, sin embargo, las empresas se negaron y buscaron ampararse ante la Suprema Corte de Justicia.
La resolución de la Suprema Corte fue negativa para ellos, e incluso, causó que los obligaran a subir los sueldos y a mejorar las condiciones de trabajo. Ante la molestia de los empresarios, el presidente Lázaro Cárdenas buscó remediar la situación e intentó convencer al Sindicato Único de Trabajadores Petroleros de que aceptaran el pago de 26 millones.
Hay testigos que afirman que el presidente, intentando llegar a un acuerdo con las compañías, les manifestó que si pagaban los 26 millones de pesos la huelga terminaría, y que fue por la desconfianza y despotismo de uno de los empresarios, que el presidente Cárdenas decidió expropiar las empresas petroleras.
Expropiación del petróleo
A las 8 de la noche del 18 de marzo de 1938, el presidente Lázaro Cárdenas se reunió con su gabinete y anunció que había decidido nacionalizar las empresas petroleras. Dos horas más tarde, se escuchaba en la radio del país el anuncio dado por el presidente. Decía que las compañías petroleras serían nacionalizadas por haberse negado a cumplir con las leyes nacionales.
La decisión dejó absorta a la población y su apoyo se hizo presente. Hubo dos grandes marchas en la ciudad de México que manifestaban el respaldo de los mexicanos: la del 23 de marzo, de la cual se dice que contó con la asistencia de casi cien mil personas, y la del 12 de abril, que se llevó a cabo en el Palacio de Bellas Artes y que tuvo como peculiaridad que mujeres de todos los sectores sociales cooperaran para pagar la deuda que se tenía con las compañías.
PEMEX
El 7 de junio de 1938 se creó Petróleos Mexicanos para ser la única compañía que pudiera explotar y administrar los yacimientos de petróleo encontrados en el territorio mexicano. PEMEX ocupó algunas de las instalaciones de las compañías expropiadas.
En los primeros años, hubo algunos conflictos entre los trabajadores y PEMEX; existía el riesgo de huelga y había desacuerdos en cuanto a los derechos de los trabajadores.
No obstante, en 1942 se firmó el primer Contrato Colectivo de Trabajo en donde se establecen las cláusulas que regulan las condiciones laborales, administrativas y los acuerdos a los que llegan los sindicatos y PEMEX. Se consideró que este contrato tenía cláusulas avanzadas porque contemplaba dar a los trabajadores el derecho a los servicios médicos, prestaciones en caso de enfermedades, accidentes o muerte y jubilación.
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